19 September 2010

Letter from Lhasa, number 181. (Thomas 1988): Las torturas mentales de la CIA

Letter from Lhasa, number 181. (Thomas 1988): Las torturas mentales de la CIA

by Roberto Abraham Scaruffi

Thomas, G., Las torturas mentales de la CIA, Punto de Lectura, 1988 [first edition in English].

(Thomas 1988).

Gordon Thomas

The book presents CIA old [until more than a couple of decades ago] programs for conditioning human behaviour. Since they were U.S. programs they had evidently NATO extensions.

In practice, psychopaths in omnipotence deliria, because under State impunity, study how to ruin other people lives. If old projects have been officially ended, they have been certainly replaced by something worse and more secret. Is such field, in the field of State crimes, cooperation goes beyond geopolitical fields. Crimes unite even officially antithetic States and countries.

Ethics is a sliding field perhaps. However, such a question might be posed to whatever State:

Después, eligiendo cuidadosamente las palabras, añadió que estaba segura de que actualmente se llevan a cabo experimentos similares a los del MK-ULTRA en nombre de diversos gobiernos, en otros lugares del mundo. Aunque, tal vez de modo comprensible, no quiso especificar a qué países se refería, las organizaciones defensoras de los derechos humanos han indicado que Corea del Norte, China, Birmania, Irán, Irak y Siria se encuentran entre las naciones donde se prosigue con los experimentos del MK-ULTRA.

“Tal vez lo más alarmante de todo sean las acusaciones sobre lo que ocurre en Israel. A escasos veinte kilómetros al sureste del centro de Tel Aviv se encuentra el instituto para la Investigación Biológica. Ese centro se encuentra en la vanguardia del polifacético sistema de defensa de Israel. Los químicos del Instituto —algunos de los cuales trabajaron para el KGB soviético o la Stasi de la Alemania del Este— crean en sus laboratorios una amplia gama de armas químicas y biológicas.

“En el año 2001, el instituto sigue llevando a cabo estas tareas. Sus bioquímicos y sus expertos en genética crean agentes mortales: toxinas capaces de envenenar la comida y conducir a la muerte, así como toda una gama de agentes virulentos. El Mosad ha creado algunos de ellos con el fin específico de llevar a cabo el mandato estatal de matar sin juicio a los enemigos de Israel. En un período de varios años, han muerto por lo menos seis trabajadores del instituto, pero se ignora la causa de su muerte debido a la estricta censura militar de Israel. Dedi Zucker, a la sazón miembro del Parlamento israelí, el Knesset, dijo en 1999 que «no podemos crear armas semejantes».

“Un ex katsa del Mosad, Víctor Ostrovsky, ha escrito que «sabíamos que los prisioneros que se llevaban al instituto no volvían a salir vivos. Los infiltrados de la OLP se utilizaban como conejillos de indias. Así se garantizaba que las armas que desarrollaban los científicos actuaban adecuadamente y de este manera era posible perfeccionarlas».

“Hasta la fecha, Israel no ha desmentido las afirmaciones de Ostrovsky.

“Los médicos del instituto, al igual que Cameron y todos los que siguen violando la ética profesional, actúan movidos por una peligrosa vanidad que les dicta que todo lo que hicieron —y siguen haciendo— es para el bien de la sociedad —su sociedad—. No reconocerían ni por un momento lo que verdaderamente son: herederos del doctor Josef Mengele y todos los médicos nazis. Todo lo que hicieron y hacen descansa en la transformación del médico en experimentador implacable e incluso asesino. Lo que hicieron y hacen remite a las cuestiones fundamentales que afectan al control sobre la vida y la muerte.

And the text of the book ends.

Thomas, G., Las torturas mentales de la CIA, Punto de Lectura, 1988 [first edition in English].